viernes, 19 de octubre de 2007

La Esperanza De Una Vida

Sandra cerró los ojos e intentó recordar el instante más feliz de su vida, pronto brotó una lágrima que resbaló por la mejilla y cayó en el olvido. En ese preciso instante entró una enfermera a la habitación, Sandra se secó las lágrimas e hizo un esfuerzo por parecer fuerte.
-Enfermera, ¿ ha llegado ya el corazón de mi hijo?
-Señora yo no se nada, el doctor pasará dentro de dos horas, y le dará noticias.
Acto seguido le reviso el suero a Marcos y salió de la habitación.
Sandra acarició la cara de su hijo, y pensó en como podía cambiar la vida en solo cuatro años, cuando tuvó a Marcos en brazos por primera vez era la mujer más feliz de la tierra, sin embargo ahora era todo lo contrario. Su hijo necesitaba un corazón antes de veinticuatro horas y no sabía nada, el día anterior se había desmayado y había perdido el conocimiento, y todavía seguía así.
-Marcos ponte bien por favor, solo te tengo a tí y si te pierdo... -Rompió a llorar sin consuelo.
El doctor Aguilar vino tres horas después, Sandra se había dormido agotada, así que se Aguilar se acercó por detrás y tocó con cuidado su espalda. Sandra se sobresaltó.
-¡Doctor, ya era hora! ¿ha llegado el corazón?
-No, no ha llegado. Son las seis y la operación debe ser antes de las tres de la tarde de mañana, no se si llegará a tiempo.
Sandra se quedó blanca: -Usted no puede decirme eso, es el médico y debe responder como tal, su obligación es hacer todo lo que esté en su mano.
- Señora tranquilícese, yo no puedo hacer nada si no llega el corazón, pero le juro que no estoy sentado viendo como su hijo pierde la vida, porque por desgracia yo se lo que es eso, perdí a mi hija cuando tenía ocho años.
Sandra se quedó sin habla:
-Lo siento, no era mi intención...
-No se preocupe, la entiendo. No perdamos la esperanza. Vendre más tarde.
-Hasta luego Doctor.
A las siete de la mañana todavía no había llegado el corazón, Sandra ya no tenia esperanzas, le estaban arrebatando lo más querido que tenía y no podía hacer nada.
Las horas pasaban y no tenían noticias, era mediodía, un día soleado, pero no bonito para Sandra.
A las doce y media el doctor vino acompañado, por tres enfermeras, tenía una cara radiante, emanaba felicidad, las enfermeras se llevaron a Marcos, Sandra se levantó de la silla buscando respuestas.
-Sandra ya ha llegado el corazón de su hijo, ahora no puedo explicarle nada, vamos a intervenir de urgencia.
-Muchas gracias doctor.
La operación duró horas, Sandra estaba rezando, cuando entró el doctor a la sala de espera. Sandra se levantó.
-La operación ha sido todo un éxito.
Sandra abrazó al doctor Aguilar, cuando se separó de él vió que sus ojos estaban bañados en lágrimas.
-Sandra, solo por verle la cara a usted me hace tan feliz mi trabajo, por salvar muchas vidas que me recuerdan a la de mi hija.
-Doctor, ¿de qué murió su hija?
-De cáncer, por ella es verdad que no se pudo hacer nada.
-Lo siento mucho doctor.
-No sienta tristeza, ahora debe estar feliz.
-Muchas gracias por todo, nunca podre pagarselo.
-Pagemelo siendo muy feliz con Marcos, disfrute cada instante con él.

1 comentario:

Unknown dijo...

Sonia!!!, me gustan mucho tus historais...son muy buenas

xao

xxx